martes, 14 de diciembre de 2010

NAOMY KLEIM

Los ingenieros del shock
En una entrevista a Gail Kastner se pudo descubrir la escalofriante y macabra historia de tortura que fueron sometidos varias personas por el doctor Cameron. Gail no recordaba nada de su vida pasada hasta que un día vio en el periódico una historia similar a la suya. Fue así que recordó el tiempo de tortura al que fue sometida por la CIA y el doctor Ewen Cameron.
Donald Hebb, director del departamento de psicología en McGill, inicia este tipo de tratamiento pero no continúa pus se veía impedido a obligar a los sujetos a estar privados sensorialmente. Pero para Ewen Cameron, esto no era ningún problema.

Cameron creía que la única forma para que las personas se comporten de manera adecuada era “meterse dentro de sus mentes y quebrar las viejas pautas y modelos de comportamiento patológico”. Para Cameron las mentes de sus pacientes deben llegar al punto de convertirse en “tablas rasas sobre las que nosotros podemos escribir”.

 Las técnicas de tortura usadas eran la utilización de electroshock que traía consigo varios resultados como la regresión, “pérdida masiva de memoria”; otra técnica era el uso de drogas que éstos pierdan sentido de lo real y lo irreal, los mantenía vendados los ojos y atados para que no toquen su propio cuerpo; por último se les hacía escuchar cintas grabadas con mensajes para que los pacientes adquieran una nueva conducta.
A pesar de estar penado por la ley internacional este tipo de prácticas, George W. Bush las utilizó sin vergüenza alguna en la Guerra Fría con la justificación de seguridad nacional. Sin embargo el plan de Cameron, de la CIA y de los mismos Estados Unidos no funcionó, pues los sobrevivientes no adoptaron tales cambios de comportamiento, el sueño de Cameron fracasó fue incapaz de “reconstruir las personalidades“, a pesar de que las secuelas aun atormente a los sobrevivientes.

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